Opciones de tratamiento para la distrofia simpática refleja
La detección precoz es clave en el tratamiento de la RSD. Cuanto antes se detecte, mejor funcionará el tratamiento. Algunos casos de RSD no responden al tratamiento. La RSD no tiene cura, pero es posible recuperarse de muchos de los síntomas.*
Hay varias etapas de la RSD con síntomas que incluyen:
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Aguda (de tres a seis meses): ardor, enrojecimiento, escaldado, sudoración, hinchazón, dolor y sensibilidad. Esta etapa puede mostrar cambios radiográficos tempranos de adelgazamiento óseo en parches.
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Distrófica (de tres a seis meses): cambios cutáneos tempranos de piel brillante y engrosada y contractura con dolor persistente, pero disminución de la hinchazón y el rubor.
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Atrófica (puede ser de larga duración): pérdida de movimiento y función de la mano o el pie implicados con contractura (proceso de cicatrización en flexión), y adelgazamiento de las capas grasas bajo la piel. Los rayos X pueden mostrar una osteoporosis importante.
Los tratamientos para la RSD varían. Ciertas intervenciones y medicamentos pueden ayudar a aliviar y tratar los síntomas. También puede recurrir a la fisioterapia y a la psicoterapia para reducir los efectos de la RSD. Es posible que su enfermedad mejore drásticamente con el tratamiento, pero algunas personas tienen que aprender a controlar sus síntomas.
Las intervenciones para la RSD incluyen:
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estimulación de la médula espinal
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implantación de la bomba
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simpatectomía, ya sea química o quirúrgica, que destruye algunos de sus nervios simpáticos
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estimulación cerebral profunda
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antidepresivos
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betabloqueantes
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estabilizadores de membrana
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relajantes musculares
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antiinflamatorios no esteroideos
Otra opción puede ser la fisioterapia. Con el fin de promover el flujo sanguíneo y fortalecer los músculos necesarios, esto puede ser una excelente manera de manejar los síntomas y ayudar a los pacientes a mejorar su calidad de vida.*