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Tipos de tumores medulares

Timothy T. Roberts, M.D, FAAOS

Tipos de tumores medulares

By: Timothy T. Roberts, M.D. FAAOS

El Dr. Roberts obtuvo su Doctorado en Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts en Boston, Massachusetts. Completó su residencia en ortopedia en Albany Medical College. Luego, el Dr. Roberts completó la beca combinada de neurocirugía/cirugía ortopédica de la columna vertebral en la prestigiosa Clínica Cleveland. Tras graduarse, el Dr. Roberts trabajó durante varios años en una gran consulta privada en Florida, pero desde entonces ha regresado a su Nueva York natal.

Los tumores medulares son masas anormales de tejido que se forman dentro del canal raquídeo o los huesos. Pueden ser malignos (cancerosos) o benignos (no cancerosos). Esta guía explora los distintos tipos de tumores medulares, los síntomas, los métodos de diagnóstico y las opciones de tratamiento.

Tumores intramedulares frente a intradurales-extramedulares

Los médicos clasifican los tumores medulares en función de su localización. Estos tumores se clasifican en las dos categorías siguientes.

Tumores intramedulares

Los tumores intramedulares se desarrollan en las células gliales o de sostén de la médula espinal. Se encuentran en la duramadre, una gruesa membrana que rodea la médula espinal. He aquí algunos tipos comunes:

  • Ependimoma: Un tumor de ependimoma comienza en las células ependimarias, células gliales que recubren los espacios llenos de líquido de la médula espinal. Las células ependimarias ayudan a mover el líquido a través del canal espinal.
  • Astrocitoma: Un tumor astrocitoma se forma en los astrocitos. Estas células de la médula espinal ayudan a las células nerviosas a funcionar correctamente.
  • Hemangioblastoma: Los tumores de hemangioblastoma se desarrollan en los vasos sanguíneos de la médula espinal, el cerebro y la retina. Pueden crecer en cualquier zona de la médula espinal.
  • Lipoma: Un lipoma es un bulto benigno de tejido adiposo, gomoso y de crecimiento lento. Es suele situarse en el centro de la espalda, entre la piel y el músculo, presionando contra la médula espinal. Los tumores de lipoma tienden a ser hereditarios, lo que sugiere que los factores genéticos desempeñan un papel en su desarrollo.

Tumores intradurales-extramedulares

Tumores intradurales-extramedulares

Estos tumores surgen dentro de la capa más externa de la médula espinal, o vaina dural. A medida que los tumores intradurales-extramedulares se expanden, comprimen los nervios dentro y alrededor de la médula espinal. Algunos tipos comunes son:

  • Meningioma: Un tumor meningioma se origina en las meninges, unas finas membranas que envuelven la médula espinal y el cerebro. Suele producirse en la parte media o superior de la columna vertebral. Las mujeres tienen aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar un meningioma no canceroso que los hombres.
  • Neurofibroma: Los neurofibromas son tumores benignos que crecen a lo largo de las células nerviosas. Suelen aparecer en personas con neurofibromatosis, una enfermedad hereditaria poco frecuente que provoca tumores en la piel y el sistema nervioso central.
  • Schwannoma: Los schwannomas son tumores poco frecuentes que derivan de las células de Schwann, que sostienen y aíslan las células nerviosas del sistema nervioso. Suelen estar situados dentro de la duramadre, en la parte exterior de la médula espinal. La mayoría de los tumores de Schwannoma son benignos, pero en ocasiones se vuelven cancerosos.
  • Ependimoma mixopapilar: El ependimoma mixopapilar (MEPN) es un ependimoma de crecimiento lento que se origina en el tejido que rodea la médula espinal. Generalmente se produce en la parte inferior de la columna vertebral y suele ser benigna.

Diagnóstico de los tumores medulares

El diagnóstico de un tumor medular suele comenzar con un examen médico exhaustivo para evaluar los síntomas del paciente. Aunque algunas lesiones medulares no presentan síntomas, la mayoría provocan dolor de espalda que progresa con el crecimiento continuado del tumor.

Otras molestias como el entumecimiento o la debilidad pueden acompañar al dolor. Los síntomas de un tumor medular pueden variar en función de su localización y de si es canceroso o no. Algunos indicadores comunes de un tumor medular incluyen:

  • Dolor de espalda que se irradia a otras zonas del cuerpo
  • Disfunción intestinal o vesical
  • Pérdida de sensibilidad
  • Debilidad muscular en todo el cuerpo
  • Dificultades para caminar o moverse

Su médico puede realizar un diagnóstico por imagen para identificar el tamaño del tumor, su localización exacta y su impacto en la columna vertebral. El diagnóstico por imagen también les ayuda a determinar el estado general de salud y estabilidad de sus vértebras.

La información de una prueba de imagen puede ayudar a su médico a seguir una vía de tratamiento adecuada. A continuación se presentan algunas tecnologías de imagen habituales para los tumores de la columna vertebral.

MRI

Una resonancia magnética (RM) utiliza potentes ondas de radio para generar imágenes tridimensionales de la médula espinal, las raíces nerviosas y el tumor. Suele ser el método de diagnóstico más fiable y preferido para los tumores de la columna vertebral.

Aunque el dolor o los síntomas sean mínimos, una resonancia magnética puede detectar la compresión de la médula espinal. El médico puede inyectarle un medio de contraste en la mano o el antebrazo para resaltar determinadas estructuras y tejidos.

TAC

La tomografía computarizada (TC) utiliza una serie de radiografías para obtener imágenes detalladas de la columna vertebral, determinar el tamaño y la ubicación del tumor y evaluar la salud y la calidad de los huesos. Puede utilizarse una inyección de medio de contraste para mejorar la visibilidad del canal medular o de la médula espinal.

Un TAC puede ayudar a determinar la gravedad del tumor y si se ha extendido. Sin embargo, es una técnica menos habitual para los crecimientos medulares que la resonancia magnética.

Biopsia

Tras obtener los resultados de las pruebas de imagen y confirmar la presencia del tumor, el siguiente paso es determinar si es maligno o benigno. El médico realiza una biopsia, extrayendo una pequeña muestra de tejido. A continuación, esta muestra se envía a un laboratorio y se examina al microscopio.

Tras evaluar los resultados de la muestra, su equipo médico puede determinar el plan de tratamiento adecuado. Esto puede incluir una intervención quirúrgica o no quirúrgica, dependiendo de la gravedad del tumor.

Opciones de tratamiento para los tumores de columna

Una vez que su médico haya llegado a un diagnóstico, adaptará un plan de tratamiento a sus necesidades y circunstancias particulares. Algunos tratamientos habituales de los tumores medulares son

1. Supervisión

En el caso de tumores medulares pequeños que no crecen, no presentan síntomas, no se extienden ni presionan los tejidos circundantes, suele bastar con una observación cuidadosa. Su médico puede recomendarle resonancias magnéticas o tomografías computarizadas periódicas para controlar el tumor.

2. Quimio o Radiación

La radioterapia se suele utilizar para:

  • Eliminar restos tumorales tras la cirugía
  • Tratar tumores en los que la cirugía es demasiado arriesgada, como un tumor conectado al tejido circundante o una afección médica preexistente.
  • Tratar tumores inoperables

Esta terapia utiliza haces de radiación concentrados para alterar la función de las células tumorales y reducir su crecimiento. A menos que la cirugía no sea una opción viable, la radiación no suele utilizarse por sí sola. Suele ser un complemento de la cirugía para garantizar la eliminación total de las células tumorales.

Por el contrario, la quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas o frenar su crecimiento. Su médico puede determinar si la quimioterapia es adecuada para usted, ya sea junto con la radioterapia o por sí sola.

3. Cirugía

Los médicos suelen recurrir a la cirugía de columna si el paciente presenta metástasis -crecimiento maligno secundario- y una esperanza de vida de 12 semanas o más. Entre los distintos procedimientos de cirugía de la columna vertebral se incluyen:

  • Descompresión: Esta operación extirpa total o parcialmente el tumor.
  • Embolización: La embolización ralentiza o interrumpe el riego sanguíneo del tumor, lo que provoca su reducción.
  • Vertebroplastia o cifoplastia: Estos procedimientos mínimamente invasivos estabilizan una vértebra fracturada y ayudan a aliviar el dolor.

Durante el procedimiento, el médico puede controlar el funcionamiento de la médula espinal y los nervios para evitar lesionarlos. En algunos casos, pueden utilizar ondas sonoras de alta frecuencia para romper el tumor y extraer fragmentos.

Recuerde que no todos los tumores pueden extirparse completamente con cirugía, ni siquiera con los últimos avances tecnológicos. Si el tumor no puede extirparse por completo, la cirugía puede ir seguida de radioterapia, quimioterapia o ambas.

Dependiendo del procedimiento, la recuperación de la cirugía de columna puede llevar un par de semanas o más. Su médico le guiará en el proceso de recuperación y le ofrecerá consejos para acelerar la curación.

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